Las abejas mueren y envían un mensaje a los humanos

Imagen: Estructura química de la molécula de Fipronil.

Medio billón de abejas han muerto en Brasil en los primeros meses del año. Su muerte ha llevado a preguntarnos sobre los pesticidas utilizados en la agricultura y si estos se están filtrando a través del suministro de alimentos humanos. La mayoría de las abejas muertas mostraron rastros de fipronil, un insecticida prohibido en la Unión Europea y clasificado como posible carcinógeno humano por la Agencia de Protección Ambiental de EE. UU.

Desde que el presidente de Brasil Jair Bolsonaro asumió el cargo en enero de 2019, ha permitido la aprobación de un 27% más de sustancias pesticidas que en el mismo período del año pasado. Hay un proyecto de ley en el Congreso que permitiría la venta de más principios activos.

«La muerte de todas estas abejas es una señal de que estamos siendo envenenados«, dijo Carlos Alberto Bastos, presidente de la Asociación de Apicultores del Distrito Federal de Brasil.

Al igual que el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump , Bolsonaro fue elegido con un fuerte apoyo de los agronegocios y ha expresado su desdén por las preocupaciones ambientales. «Este es su gobierno», prometió Bolsonaro a los legisladores del caucus de agricultura.

Según Greenpeace, alrededor del 40% de los pesticidas de Brasil son «altamente o extremadamente tóxicos«. El 32% no está permitido en la Unión Europea. “Mientras tanto, se aprueban las licencias sin que el gobierno contrate a suficientes personas para evaluarlas”, «No hay otra explicación para ello, aparte de la política”, afirma Marina Lacorte, coordinadora de Greenpeace Brasil.

 

El problema no se limita a las abejas, el Ministerio de Salud de Brasil informó de 15.018 casos de intoxicación por pesticidas agrícolas en 2018. El mismo organismo reconoció que este dato probablemente sea una subestimación. Human Rights Watch (HRW) alertó en 2018 de intoxicaciones «agudas» en comunidades brasileñas por la exposición «crónica» a pesticidas.

 

Muchos de estos productos infestados de pesticidas llegan al mercado europeo. “El café brasileño, por ejemplo, admite 121 agrotóxicos, de los que 30 están prohibidos en la Unión Europea. Europa es el principal mercado para este producto. Algo parecido pasa con el zumo de naranja. Brasil es el mayor exportador mundial de este producto. De los 116 agrotóxicos permitidos en el cultivo de naranjas brasileñas, 33 no lo están en la UE. En cuanto a la soja, la UE compra básicamente este producto en forma de pienso animal, entrando de esta manera en la cadena alimenticia. 

A pesar de estos datos, el Congreso brasileño pretende cambiar el nombre de los pesticidas por el de «defensas agrícolas» y sustituir el requisito de identificar daños potenciales con un simple análisis de riesgos.

 

Jordi Cuyàs Sierra
CTO Belloch Forestal